En los primeros años de la década de 1990, la hermana Marina es asignada a El Parral, un orfanato que enfrenta la amenaza de cierre. Al llegar al colegio, se encuentra con niños rebeldes y descontrolados, pero logra captar su atención con su encanto y desenvoltura. Su presencia intrigante comienza a influir en los niños, especialmente en Valdo, con quien Marina establece un vínculo especial. Al descubrir las salidas nocturnas de los niños, algo estrictamente prohibido, Marina tiene una idea que cambiará El Parral para siempre: formar un equipo de fútbol.
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